Soy el cubo de basura de la zona,
Alma hasta la polla ya no perdona.
Vuelvo a la maldad.
Ya se siente el vendaval.
Por veinticinco pasos
Se desbordan tres barrancos.
No me inquieta el pensamiento ajeno,
Pues algo me quema y es tu veneno.
Me importa un cojón
Todo el oro apalancado en tu cajón.
Tu bolsillo descosido
Comienza a marcarme el recorrido.
Así es lo que decido:
Partirte en dos y después, me piro.
No me frena ya ni la marea
Pues rasurada queda mi melena.
Vivo y resisto por una dama,
La que me doma en la cama.
Domadora de leones,
Solo ella tiene el permiso
pa tocarme los cojones.
Si la nombras,
Más bien, no te fies ni de tu sombra.
Ya verás que ésta flaca,
Te debora y te convierte en albahaca.
Tu mentira pesa más que tu cerebro,
Esa avaricia está rompiendo el saco negro.
El terror será eterno,
Sabes que por cada pasado día,
Peor sonará ésta melodía.
Y, verás al sol salir,
Eso sí,
Con los pies por delante,
Sentirás que tu plan no fue tan brillante.
