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miércoles, 21 de noviembre de 2018

Inspiración perdida, se fue consumida.

Y ya no acumula canas en la cabellera.
Ya no solloza al cruzar de acera.
Una cojera perdida, gran batalla era su vida.
Noviembre, siempre estuvo presente.

Dónde está mi inspiración?
Se fue contigo?
Qué fue de la imaginación?
No hay quien aguante tal desazón.
Sueño con poder verte algún día y naufrago por culpa de la razón.

Quería volver a ver amapolas florecer,
Volver y que me vieses crecer.
No importa lo que yo quiera,
Importa lo que fue y no pudo ser.

Las ganas de volver a visitarte,
De estar junto a ti un sólo instante.
De verte cojear y dejarnos llevar,
De sumergirnos en ese tan esperado abrazo mientras te apoyas en mi brazo.

Qué coño ha pasado?
Que todo ha cambiado?
Cómo responder preguntas que surgen desde otro lado?
Corazón acorazado...

Y ya no sé ni escribir,
Sólo guardo tu partir.
No avanzo, pues las ganas se han vuelto blanco cuarzo.

No influye en mí ni el sol,
Ni la luna, nisiquiera la bruma esparcida
Que brota de la espuma.

Dónde puedo oxidarme?
Dónde aposentarme y dejar de ser tan cobarde?
Dónde quedan los sueños esparcidos y los años perdidos?

Dónde flota el consejo de tu alma libre?
Quiero correr,
Echar serrín y volver a renacer.
Dónde se pierden las ganas de ir a París?

Quién hablará francés tan galán cómo tú?
Quién derrochará cebada, Malta y lúpulo?
Quién abrazará con su luz a este verano eterno?
Dónde buscarte para salir del infierno?

Ya no se claudicar guerras,
No sé ni cómo pisar la tierra.
Dónde está la otra parte de mi yo?
Dónde puedo hallar la verdad de lo absoluto?
Porqué te has vuelto tan diminuto?

Dónde llorar, patalear, rabiar, alterar, sofocar?

Qué vacías las tardes sin ti, que hasta los días y noches parecen tocar fin!
Que me despierten de la pesadilla y ojalá  estés... Por eso me pongo hasta de rodillas!

Que tú alegría y franqueza me velen,
Que tú coraje me acompañe y tus ganas de vivir me disparen.

Inspiración que ha huido de tu mano,
Que las ganas masca cual rebaño
Ceniza que no eres, atiza cada día
Quebrantando nuestra compañía.

No sé dónde posarme,
Dónde acomodarme.
Tú presencia intacta, sin retorno,
Me recuerda que ningún horno se deshace de tu risa, de tus consejos,
Ni de esa prisa por marcharte tan deprisa.

                                           A mi padre...